ADAI CV incide en la importancia de la prevención y la rehabilitación para las personas afectadas de ictus


  • Mañana es el Día Mundial del Ictus, una enfermedad que sufrieron más de 6.000 personas en 2021 en la Comunitat Valenciana

  • En España, el ictus sigue siendo la primera causa de muerte en las mujeres, la segunda en el conjunto de la población, la primera causa de discapacidad adquirida en el adulto y la segunda causa de demencia


La Asociación de Afectados de Ictus de la Comunidad Valenciana (ADAI CV) quiere destacar la importancia que tienen la rehabilitación enfocada a recuperar la autonomía personal en estos casos, con motivo del Día Mundial del Ictus, que se conmemora mañana sábado 29 de octubre.

Tras haber sufrido un ictus, uno de los aspectos más importantes para el afectado es seguir una recuperación adecuada para tratar las posibles secuelas, conseguir una buena calidad de vida y el mayor grado de autonomía personal posible en cada caso. Los afectados de ictus han de aceptar una realidad nueva y compleja en la que la superación de la enfermedad puede suponer llegar a recuperar la vida anterior
o tener que aprender a vivir con las secuelas enfermedad.

En este sentido, ADAI CV recuerda que el ictus puede considerarse la enfermedad del siglo XXI por el aumento de su prevalencia, especialmente en las mujeres, y que es la principal causa de discapacidad en el adulto.

Juan Mondéjar, presidente de ADAI CV, declara: “Un ictus puede ser devastador y cambiar la vida del que lo padece. En un instante, una persona puede pasar de estar en forma y activa a vivir con una discapacidad”, explica. Mondéjar pide también una mayor consideración para esta patología: “El ictus tiene un severo impacto socio-sanitario y una importante incidencia en nuestra sociedad con más de 6.000 diagnósticos al año en la Comunitat Valenciana. Estamos ante un fenómeno que se puede considerar una auténtica epidemia y que sería merecedor de mayor sensibilización y concienciación por parte de la opinión general”, indica.

También incide en que la prevención del ictus “es esencial, ya que no es un tema que involucre solo al paciente y a los profesionales sanitarios, sino también a las familias, cuidadores, investigadores, políticos y población en general… todos podemos colaborar para mitigar las consecuencias del Ictus”, añade. De hecho, estudios recientes estiman que un 90% de los ictus se podrían evitar modificando estilos de vida y factores de riesgo vascular.